OKR: ¿Qué es y cómo implementarla en una pyme?
Es en los momentos de mayor incertidumbre en el mercado en los que las empresas más productivas tienen un elevado número de posibilidades de tener éxito en la consecución de sus objetivos. Para conseguirlo, es imprescindible implementar un eficiente sistema de gestión que aumente el rendimiento de todos los profesionales y áreas de la compañía. En el caso de las pymes, la necesidad de analizar con cuidado dónde se destinan unos recursos limitados condiciona con frecuencia la inversión en herramientas sobre las que no se tenga una absoluta constancia de su utilidad. En este sentido, el método OKR desempeña un rol fundamental.
Qué es y Cómo funciona el metodo OKR
Esta metodología fue creada por OKR Andrew S. Grove, director general de Intel, en la década de los setenta, aunque fue John Doerr, un inversor de Google, quien en 1999 lo presentó a la compañía, popularizándola. Sus siglas corresponden a ‘Objectives and Key Results’. Un OKR es una metodología de gestión de trabajo que tiene como finalidad facilitar los objetivos marcados por una empresa mediante la medición de manera cuantitativa y cualitativa del progreso de equipos. . La determinación de una hoja de ruta, la creación de equipos de trabajo ad-hoc y el seguimiento periódico de los avances y de los resultados son elementos básicos para que una estrategia OKR dé réditos finales:
- Los objetivos tienen que marcar la dirección hacia la que se quiere encaminar estructuralmente la compañía. Deben ser claros, concisos y atractivos para buscar la involucración de todos los trabajadores.
- Los resultados clave son aquellos que tendrán un impacto directo y medible en el proceso para conseguir alcanzar los objetivos que se han marcado.
Una estrategia basada en OKR tiene una duración preestablecida en el tiempo, después del cual se evalúan de manera objetiva los resultados que se han obtenido y, en base a ellos, se definen nuevos desafíos, mejorando aquellos elementos que sean susceptibles.
El principio clave del OKR es aumentar la productividad haciendo lo que es pertinente a cada momento, incrementando la capacidad de flexibilización de una entidad. Startups que se han convertido en gigantes, como LinkedIn, Spotify o Twitter, pusieron en marcha una metodología de estas características en sus etapas de crecimiento inicial, logrando resultados muy positivos.
Por qué implementarlo
Uno de los elementos cada vez más valorados por los stakeholders a la hora de confiar en una compañía es su nivel de transparencia. A veces, incluso, esta característica es tan o más valorada que sus resultados financieros, sobre todo, en el caso de pymes que se encuentran en fase de crecimiento. Por ejemplo, muchos inversores tienen muy presente la filosofía y los valores de una compañía antes de confiar su dinero en ella, mientras que, en el caso de los empleados, algunos de ellos desean apostar por una organización que se alinee en el largo plazo con sus planteamientos vitales.
En este caso, la metodología OKR apuesta por ambos conceptos: mejorar la productividad y los resultados empresariales mientras que se incrementa de manera notable su nivel de transparencia. Esto es así porque su enfoque se basa en el éxito del conjunto de la compañía para lo que resulta esencial poner en común las metas sin tapujos, de modo que cada uno pueda contribuir a su manera en el éxito del resultado final.
Además, la metodología OKR también aporta otra serie de valores a una entidad, como permitirle disponer de un mayor enfoque para centrarse en lo que es realmente importante para la consecución de sus objetivos estratégicos o acelerar el crecimiento gracias a que se produce un mejor reparto y distribución de los recursos.
Ventajas de esta metodología
Si se diseña un plan claro para todo el capital humano involucrado y se establecen métricas que permitan auditar de manera adecuada las acciones realizadas, una metodología OKR validará resultados concluyentes. A partir de este punto, es posible observar algunas de las ventajas que aporta su aplicación para una pyme:
- Fortalece la estructura empresarial a todos los niveles y contribuye a cohesionar de manera inequívoca a la plantilla.
- Aumenta el nivel de interrelación entre los trabajadores, facilitando la creación de nuevas sinergias entre departamentos.
- La comunicación se convierte en la herramienta más eficaz para solventar cualquier incidencia futura que ocurra.
- Los empleados asimilan la necesidad de trabajar en base a KPIs y se motivan para obtener resultados cada vez más excelentes.
Fuente original: www.asesoresdepymes.com