Grandes negocios que fracasaron
El mundo empresarial es impredecible, a veces el negocios puede ir viento en popa y de pronto un factor externo entra a desestabilizar el mercado como las nuevas tecnologías. Los daños causados muchas veces se pueden mitigar con planes de contingencia que se deben preparar con antelación. Sin embargo no han sido pocos los grandes negocios que fracasaron ante estas eventualidades, hoy veremos las más resaltantes e intentaremos aprender algo de los tropiezos de los gigantes.
Nokia
En los años 90’s esta importante compañía finlandesa lideró el mercado de la telefonía móvil a nivel global. De hecho, fue la primera en producir un teléfono móvil en el mundo entero.
Además, sus elementos diferenciadores eran realmente atractivos para los consumidores de la época. Y es que les ofrecía equipos de alta calidad a un precio razonable.
En aquel entonces no existía otra empresa en el planeta que pudiese competir con una compañía tan sólida como Nokia.
Literalmente, era la reina de este segmento de mercado. Por si fuese poco, el éxito de esta compañía fue tan rotundo que hasta logró influir positivamente en la economía de Finlandia.
Sin embargo, cuando empresas exitosas como Apple y Google empezaron a lanzar sus productos insignia al mercado, como fue el caso del iPhone y de los dispositivos con Android, la competitividad de Nokia comenzó a ir en picada.
En lugar de adaptarse con rapidez a las nuevas demandas de software de las tecnologías móviles emergentes, prefirió seguir esforzándose en perfeccionar el hardware de sus teléfonos móviles.
Esa decisión errada, al igual que su lenta adaptabilidad al cambio, ocasionaron que Nokia se convirtiera en otra de las empresas que fracasaron en los 2000 ‘s.
Blockbuster
Blockbuster tenía un modelo de negocios muy atractivo y rentable: el de alquilar películas y videojuegos originales en un establecimiento moderno, divertido y atractivo.
En sus mejores tiempos, esta compañía logró operar nueve mil tiendas alrededor del mundo. Y su valor de mercado superó los $8 mil millones de dólares.
En efecto, aunque es originaria de Estados Unidos, en pocos años logró expandirse a muchos países latinoamericanos y europeos.
Pero esta historia de éxito se convirtió en un estrepitoso fracaso en el 2013, cuando Blockbuster cerró su última tienda.
En consecuencia, su caso es un claro ejemplo de empresas que fracasaron por no querer evolucionar o reinventarse.
Blockbuster simplemente se rehusó a aceptar que el mercado cambia y que las necesidades de los consumidores también evolucionan con el pasar del tiempo.
Por lo tanto, saber escuchar a la audiencia de tu marca, y no subestimar a las nuevas tendencias vinculadas a tu nicho de mercado, es crucial para no perder autoridad, popularidad o relevancia.
Blockbuster no quiso competir con otras compañías como Netflix, porque pensaba que el consumo de películas vía streaming era simplemente impensable.
Irónicamente, en el 2000 Netflix le ofreció a Blockbuster una alianza. En concreto, le propuso encargarse de sus estrategias de distribución online, pero el CEO de la compañía mostró un rotundo rechazo.
El resultado fue que diez años más tarde Blockbuster se declaró en bancarrota, y que el despegue de Netflix no tuvo marcha atrás.
Yahoo
Yahoo no puede faltar en el listado de las empresas que fracasaron, o que no lograron estar a la altura de la industria tecnológica (una de las más competitivas y cambiantes del mundo).
En 2005 esta compañía americana era un gigante de Internet, pero en los años sucesivos su éxito comenzó a esfumarse.
Esta empresa cometió graves errores y al final no logró recuperarse. Por ende, tiró por la borda la oportunidad de convertirse en la firma más grande de Silicon Valley.
Haciendo un breve recuento de sus peores decisiones hay que mencionar que se rehusó a comprar Google. Puesto que esa operación le costaría unos cinco mil millones de dólares.
Consideraron que era una inversión de dinero muy grande, tomando en consideración que estarían comprando un “motor de búsqueda”.
En su lugar, decidieron invertir en “Inktomi”, un rival más económico. Esa transacción fue de $257 millones de dólares, pero lamentablemente se convirtió en uno de los peores negocios de Yahoo.
También intentó comprar Facebook por mil millones de dólares, pero Mark Zuckerberg terminó rechazando la oferta por ser muy baja.
Quizás, una de las mayores enseñanzas que te dejan este tipo de empresas que fracasaron, es que no puedes subestimar a tu competencia, ni considerar que tu negocio es imbatible.
Muchas veces las empresas necesitan apoyarse, asociarse o aliarse con otras marcas o compañías complementarias para crecer y ser más rentables.
Sin embargo, Yahoo pensó que podía crecer en solitario, desestimó grandes oportunidades y terminó siendo desplazada por compañías más innovadoras y revolucionarias.