Errores al crear un logo
Un logotipo es una representación visual de lo que su empresa es capaz de hacer. Muchos empresarios no le dan la importancia debida, pero piense qué sería de McDonald’s sin sus arcos dorados, y de Nike sin ese maravilloso trazo que parece no decir nada pero que contiene todo lo que implica la multinacional americana. Un buen logotipo genera lealtad entre la empresa y los clientes, establece una identidad de marca y, también, da una idea de profesionalidad para el resto. Por tanto, no se lo tome a la ligera. La elección del logotipo es fundamental para una empresa.
Antes de conocer los principales errores en los que se incurre a la hora de expresar visualmente las bondades de un negocio, es importante saber cuáles son los tipos de logos que existen.
1- Los que están basados en el nombre. Son los casos de IBM, SONY, LENOVO, EPSON, etc. que están hechos en base, solamente, del nombre de la empresa pero que, a pesar de su simplicidad, funciona a la perfección. Este tipo de logos sólo son recomendables para firmas de contrastado prestigio, ya que no suelen funcionar tan bien cuando se trata de una empresa nueva.
2- Los que ilustran lo que hace una empresa. No son demasiado utilizados por las grandes multinacionales, pero son los más indicados para iniciar, especialmente si el nombre de la compañía no identifica la actividad. Un ejemplo sería un negocio de pinturas que se llamara García e Hijos. Ante esta situación, nada mejor que colocar un rodillo pegado al nombre para que el cliente sepa al menos a lo que se dedica la firma.
3- Los abstractos. Aunque no quede nada claro su significado, se identifican con la empresa, como es el caso de NIKE o la estrella de Mercedes. Pero cuidado, lograr esa simbiosis requiere de mucho esfuerzo e inversión, lo que quizá no lo convierta en la mejor opción para los negocios que acaban de empezar.
Tras conocer los tipos de logotipos en los que podemos basar la creatividad de la empresa sólo queda conocer los errores en los que no se debe caer bajo ningún concepto.
1- No estudiar a la competencia. En este tema no se puede ir a la ligera. Es importante saber qué hacen los rivales para decidir el camino a seguir. Si se quiere diferenciar nuestro negocio del resto, crear un logotipo rompedor puede ser una buena opción. En otras ocasiones quizá venga mejor seguir las tendencias del sector. Pero nunca se debe elaborar un logo sin estudiar a los demás.
2- No saber lo que se quiere decir. Antes de ponerse a trabajar en la imagen de la empresa hay que decidir qué se quiere trasmitir, ya que no es lo mismo querer dar una idea de empresa seria, que dinámica o responsable. Todo eso influye en el logotipo, tanto en su elaboración como en los colores que deben utilizarse.
3- Un logo para cada caso. Un logotipo debe ser eficiente tanto colgado encima de su tienda como en las tarjetas de visitas o en el uniforme del personal. Por tanto, cuando piense en él tenga en cuenta que debe servir para toda la imagen corporativa. Este es el motivo principal por el que en los logotipos no se suelen utilizar fotografías, que son de difícil impresión en determinados formatos, y se apuesta por los iconos, que son más versátiles. Además, debe asegurarse de crear un logo que se pueda reproducir en blanco y negro, lo que es fundamental para las adaptaciones.
4- Utilizar bancos de imágenes. Por muy barato o tentador que sea, los clip arts de word o power point no van a diferenciar el negocio del resto. Huya de estas imágenes prediseñadas.
5- Creatividades ajenas a la clave del éxito. En ocasiones, los logos no reflejan el hecho clave y diferenciador de un negocio. Eso es un error a evitar. Por poner un ejemplo,un logo bien hecho sería el de una imprenta veloz y eficiente que, en lugar de una máquina de imprimir, utiliza un relámpago sobre su nombre. Esa imagen quizá no diga demasiado sobre su cometido, pero sí está haciendo hincapié en el aspecto clave de la firma, lo que es más importante.
6- Demasiado vanguardista. No se pase de creativo, ni apueste por diseños demasiado abstractos. Eso sólo funciona en pocas ocasiones y sobre todo tras grandes nombres y potentes inversiones.