Tendencias globales del consumo minorista
La reciente crisis sanitaria global ha supuesto, evidentemente, un enorme desafío para el sector minorista en cualquier parte del mundo. Sin embargo, junto a esos riesgos también pueden estar surgiendo interesantes oportunidades, derivadas de la incertidumbre actual en que se mueve esta industria, inmersa en una situación compleja llena de cambios sin precedentes. En este escenario, algunos competidores del sector se quedarán por el camino, pero otros evolucionarán y prosperarán hasta obtener en el futuro un mejor posicionamiento en el mercado que el que tenían. Y es que la pandemia ha acelerado las tendencias globales del consumo minorista que ya estaban, poco a poco, ganando influencia, pero que, ahora, han pasado de manera súbita a un primer plano de relevancia: la evolución del modelo de negocio, el valor de la misión social de las empresas, el enfoque centrado en la reducción de costes para ganar competitividad y el aumento del poder del consumidor.
Los centros comerciales del mañana
Se está produciendo un fenómeno curioso, pequeñas tiendas virtuales (tanto de comercio tradicionales, como de fabricantes) están decidiendo prescindir de la cadena de valor de su segmento y muchos marketplaces están decidiendo dar un gran paso hacia adelante y posicionarse como auténticos puntos neurálgicos de venta de todo tipo de productos, buscando mantener una mayor cuota de mercado en la nueva realidad hacia la que parece ir encaminándose el comercio global.
Teniendo esto en consideración, existen cuatro tendencias clave que van a redefinir aún más el comercio minorista:
- Las tiendas físicas no morirán, pero hace ya tiempo que alcanzaron su cénit. Es previsible que con la vuelta a la actividad muchas de ellas recuperen niveles de ventas semejantes a los meses previos a la crisis sanitaria, pero solo a través de plataformas online propias o apoyándose en marketplaces de terceros podrán tener opciones de sobrevivir en el largo plazo.
- Según un estudio de Edelman, casi dos tercios de los consumidores de todo el mundo aseguran que deciden comprar, o no comprar, una marca basándose únicamente en su posición en un tema social o político. La pandemia ha acelerado también esta tendencia, y las empresas tendrán que demostrar a la sociedad que anteponen a las personas antes que a las ganancias. La transparencia y los nuevos sistemas de comunicación instantánea darán buena cuenta de ello, tanto si lo consiguen como si no.
- Repensar el coste de hacer negocios. La mayoría de los minoristas reconocen que las formas convencionales de reducción de costes ya no son suficientes para apuntalar los márgenes y reconstruir el negocio. Incluso después de que se implementaran las agresivas estrategias de contención de costes inmediatamente después de la crisis sanitaria, muchos minoristas afirman que tendrán que ir más allá si esperan que su negocio vuelva a crecer de manera rentable en los próximos años. Por ello, es previsible que se produzca próximamente una oleada de inversiones centradas en mejorar el valor de los activos existentes.
- En el entorno actual, a los clientes les importa menos la variedad y la disponibilidad, y eso podría cambiar la forma en que operan muchos minoristas. A medida que diferentes países introdujeron medidas de confinamiento y las tiendas minoristas no esenciales cerraron sus puertas, el factor de generación de valor en los marketplaces se ha consagrado como el elemento diferencial para tener éxito o no, y esta tendencia parece haber llegado para quedarse.
Fuente original: www.asesoresdepymes.com