RSC y sostenibilidad, las tendencias que sobrevivirán a la pandemia
Los equipos de gestión comercial y de marketing saben de sobra lo que cuesta cambiar los hábitos de consumo y las preferencias de las personas. De hecho, ni la mejor campaña de publicidad del mundo tiene garantizada la transformación del usuario. Pero una pandemia ha sido capaz de imponer nuevas reglas de juego a una velocidad que ni las marcas más potentes eran capaces de soñar.
El ejemplo más evidente está en el salto digital acelerado que la sociedad ha afrontado. Es cierto que antes de que la Covid apareciera en nuestras vidas, el comercio electrónico era ya una tendencia imparable. Pero también es verdad que su impulso estaba centrado en las generaciones más jóvenes. El confinamiento de marzo lo cambió todo. Entonces, los más adultos abrazaron las bondades de las tiendas online, lo que ha obligado a que las empresas se dieran prisa en cambiar su plan comercial y preparar su paso al mundo digital.
Ahora bien, la gran pregunta que muchos empiezan a hacerse ahora es si una tendencia tan clara como la del comercio electrónico será capaz de mantener su imparable impulso una vez que la inmensa mayoría de la población esté vacunada y el coronavirus se convierta en un lamentable recuerdo del pasado. Por fortuna, todo apunta a que dentro de un año, o menos, la humanidad podría cantar victoria ante la pandemia. ¿Seguirán entonces las personas rehuyendo las visitas a las tiendas y a los centros comerciales? ¿Efectuarán la mayoría de sus compras por internet?
Los estudios difieren en la respuesta que se ofrece a estas cuestiones. Pero una cosa está clara, a la sociedad le gusta interactuar con los demás, por lo que pensar que las tiendas físicas estén llegando a su fin es un gran error, y eso lo podemos comprobar viendo las largas filas que se formaron en las afueras de los centros comerciales los primeros días de su re apertura, lo que evidencia que el comercio tradicional tiene aún muchos años de vida por delante.
Los nuevos negocios deben tener este punto presente y anticiparse a ello, manteniendo la misma calidad en la experiencia de compra independientemente del canal que el usuario elija para ponerse en contacto. Solo así, se cubrirá ante un posible retorno de las compras físicas.
No obstante, existen algunas tendencias que sin ningún género de dudas sobrevivirán al Covid. En concreto se trata de la Responsabilidad Social Corporativa (RSC) y la sostenibilidad.
Sobre esta última, existen pocas dudas al respecto de que la lucha contra el calentamiento global y por reducir las emisiones se mantendrá en un punto álgido tras el virus. Primero porque ya nadie duda (siempre habrá negacionistas, pero son una minoría) de que se necesita aunar crecimiento económico y respeto al medio ambiente, ya que lo contrario conduce al desastre total.
El imparable auge de la inversión en vehículos financieros verdes también es otro ejemplo que corrobora la supervivencia de la sostenibilidad a la pandemia. Es evidente que, ante esta realidad, las empresas deben prepararse para ello, ya que cualquier proyecto relacionado con el cuidado del medio ambiente (economía circular, por citar alguno) tendrá muchas opciones de éxito.
La nueva normalidad que venga después de la pandemia también muestra otra tendencia que apunta a perdurar por muchos años. Se trata de todo lo relacionado con la acción social y el buen gobierno de una empresa. Es decir, la Responsabilidad Social Corporativa o, traducido a un lenguaje más popular, devolver a la sociedad algo de lo que se recibe de la misma. Y es que la pandemia y la consiguiente crisis económica han puesto sobre la mesa la importancia de que los que tienen algo ayuden a los que no tienen nada o casi nada. Esa es una exigencia del consumidor que dejará la epidemia tras de sí.
Por dicho motivo y de cara al futuro de cualquier negocio siempre será positivo que una marca haya sido responsable y haya tenido conciencia para echar una mano a la sociedad durante la pandemia del Covid-19. En cambio, no ayudará en nada para captar al nuevo usuario que una empresa haya puesto sus beneficios por encima de cualquier otra circunstancia.
Los emprendedores deben tener presente que el consumidor postcovid no olvidará a aquellos que ayudaron a las víctimas, que transformaron su negocio para ayudar en la fabricación de material sanitario, etc. Tampoco a los que evitaron despedir a pesar de no tener ingresos, o los que ofrecieron sus activos (instalaciones incluidas) para ayudar en lo que hiciera falta. En definitiva, se acordarán de aquellas marcas que fueron sensibles a la tragedia, lo que los convertirá en fieles clientes.
Fuente original: www.asesoresdepymes.com