Cuatro estrategias financieras para empresas de reciente creación
Iniciar un negocio es una ardua tarea que conlleva desarrollar actividades tan relevantes como la captación de financiación y de inversores, la atracción de talento y de capital humano cualificado, la generación de una red importante de clientes y de proveedores, el control de la liquidez y del capital circulante, o la identificación de potenciales alianzas con otros stakeholders que sirvan para hacer crecer a la entidad, posicionarla en su sector y, si resulta posible, permitirle establecer alguna ventaja competitiva frente a sus competidores.
En relación a la tesorería y a la necesidad de componer un flujo estable de músculo económico que permita acometer las inversiones necesarias para cumplir con las etapas previstas en el plan estratégico operativo, disponer de una estimación financiera prevista con anterioridad para captar capital puede marcar la diferencia entre el éxito y el fracaso, por más que los trabajadores o la idea base del proyecto empresarial sean excelentes. De hecho, el control del flujo de caja, o, mejor dicho, su falta de control, suele ser la principal razón por la que muchas empresas de nuevas no llegan a cumplir su primer año de vida.
Entre las diferentes opciones financieras con las que una startup puede contar en sus primeros meses de vida para afrontar este hito cabe destacar el canal bancario, la financiación colectiva privada, los business angels o recurrir, directamente, al apalancamiento.
Préstamos bancarios
Es frecuente que algunos emprendedores recelen de solicitar financiación bancaria, ya que estiman que se imbrica mejor con su estrategia empresarial captar la atención de business angels o de fondos de inversión. Sin embargo, si se dispone de un plan de negocio bien construido, realista y sustentado en números que sean asumibles desde el punto de vista de un análisis contable, quizá ésta sea una buena opción. Los bancos quieren, sobre todo, apoyar a compañías con modelos escalables y predecibles, no siendo, incluso, tan relevante que se genere desde el principio una gran facturación. Además, en el actual contexto de tipos de interés bajos, quizá este canal ofrezca oportunidades interesantes en cuanto a préstamos o líneas de crédito.
Financiación colectiva
Es un camino rápido para captar nuevos inversores, gracias a la penetración que, en los últimos años, han tenido en Internet plataformas de este tipo. Existen diferentes opciones en este campo:
El crowdfunding de recompensa, en el que se ofrece una compensación (ediciones exclusivas, participación en eventos especiales, pre-estrenos exclusivos) como contra-prestación a las aportaciones recibidas. A la persona que aporta se la suele denominar mecenas (funder o backer en inglés).
Crowdfunding de inversión, en el que se ofrece una acción de una empresa, una participación de la misma, o compromisos sobre beneficios de la misma, como contra-prestación a las aportaciones recibidas. A la persona que aporta se la suele denominar inversor o micro inversor.
Crowdfunding de préstamo, en el que se ofrece un tipo de interés sobre el dinero recibido como contra-prestación a las aportaciones recibidas. El tipo de interés es comúnmente conocido como el “precio del dinero” y en este tipo de crowdfunding el receptor de la financiación debe devolver el dinero recibido más un tipo de interés determinado.
Atraer a un ‘business angel’
Los business angels son inversores privados que aportan financiación propia a las empresas, formando parte de su accionariado, con el objetivo de obtener en el futuro una rentabilidad económica. En muchas ocasiones, además de liquidez, gracias a su experiencia, es probable que añadan otros elementos positivos para la compañía, como una buena agenda de contactos o una visión más holística sobre la gestión del negocio. Normalmente, antes de invertir, este tipo de personas se fijan, en especial, en alguno de los hitos relevantes de la entidad relacionados con, por ejemplo, el equipo humano que está detrás del proyecto, en relación a si otros conocidos le han recomendado la compañía por algún motivo concreto, si la propuesta empresarial en sí misma tiene buenas perspectivas de éxito, o si es lo suficientemente disruptiva como para poder cambiar un sector determinado de actividad en el caso de que tenga éxito.
Apalancamiento financiero
El apalancamiento financiero es la relación que existe entre el capital de una entidad y el crédito invertido por ella misma en una operación financiera. Relaciona el efecto que tiene el endeudamiento sobre la rentabilidad del negocio, es decir, que muestra la rentabilidad que se espera conseguir a través de una inversión que se realiza con dinero prestado. Su principal ventaja estriba en que se opta a multiplicar el beneficio de cualquier inversión, pero cuenta con el potencial inconveniente de que se incrementa el riesgo. En líneas generales, una startup puede utilizar bienes de capital, como efectivo que ha recibido prestado, para financiar su crecimiento empresarial por medio de la adquisición de los bienes que precisa. En cualquier caso, la prudencia dicta que cualquier posible operación de apalancamiento financiero debe hacerse bajo el sentido común, con cifras que resulten asumibles y recurriendo al asesoramiento por parte de expertos que realicen una estimación realista de los pros y de los contras que conlleva.
Fuente original: www.asesoresdepymes.com