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¿Qué sectores globales abordan en mejor estado la era post-Covid?

El negocio asegurador y las inversiones de fondos de pensiones comandaban, antes de la cuarentena, la clasificación global por ingresos. Por delante de varios segmentos de la industria automovilística -ventas, fabricación y su sector auxiliar-, todos incluidos en el top-ten, en el que también aparece mercados como el inmobiliario, la exploración y producción de gas y petróleo, la banca comercial o el turismo. La valoración es de IbisWorld, consultora de análisis global de industrias y sectores. Previa al estado de recesión provocado por la Covid-19.

El estudio surge de las bases de datos de esta firma de investigación de mercados. En la versión 2020 de su ‘Global Industries’, que con información sobre el conjunto de ingresos de las empresas que operan en las distintas áreas de negocio a lo largo y ancho del planeta, muestra cómo el sector asegurador -en concreto, en de la rama de Salud- se lleva la palma de oro, con unos ingresos de 4,8 billones de dólares. A éste le sigue, con 4,2 billones, las inversiones registradas por los fondos de pensiones. Y los 3,9 billones cosechados por el sector de ventas de automóviles. Los tres conforman el pódium de facturación. En los tres lugares posteriores aparece el segmento inmobiliario, en su vertiente comercial, con 3,9 billones de dólares; el de exploración y extracción de gas y petróleo, con 3,3 billones, y el de fabricación del automóvil, con 2,9 billones. El top ten se completa con las diferentes divisiones aseguradoras no vinculadas a las pólizas sanitarias (2,58 billones); la industria auxiliar del automóvil (accesorios), con 2,50 billones, la banca comercial, con 2,3 billones y el sector global del turismo, que facturó en 2019 1,7 billones.   

Las aseguradoras de Salud han venido elevando su negocio de forma leve en los últimos cinco ejercicios, a pesar del crecimiento de la demanda global de pólizas. Su papel resulta crucial en los servicios de gestión de riesgos tanto en el terreno de los consumidores individuales como en el sector financiero, sobre todo en la banca de inversión. Protegen con sus pólizas los costes de posibles enfermedades, lesiones o defunciones, así como pérdidas potenciales con una elevada variedad de riesgos.

Los planes de pensiones han experimentado un notable repunte como resultado del favorable retorno de beneficios labrados durante el ciclo de negocios que ha culminado con la pandemia del Covid-19. Sus ingresos han sido intensos en el lustro que ha culminado en 2019. Tanto en su versión de beneficios definidos (DB), como en sus planes contributivos (DC). Ante el fenómeno del envejecimiento demográfico mundial, focalizado sobre todo en las naciones industrializadas. Los ingresos contemplan contribuciones, rentas de inversión y las ventas netas de activos, entre otras operaciones.

Las ventas de automóviles se mueven en una compleja tesitura. La reconversión del sector hacia la neutralidad energética y la paulatina predilección por el vehículo eléctrico u otros motores de bajas emisiones, así como la interrupción -momentáneo o perdurable en el tiempo- del aumento de las rentas per cápita de los últimos ejercicios, deja su evolución en el aire. A la espera de que el despegue post-Covid se consume y estabilice su velocidad de crucero. El sector mantiene un alto grado de dependencia de las tasas de empleo y del gasto del consumo global, así como de las condiciones financieras de los mercados, la cotización del crudo y posibles vulnerabilidades en las coyunturas económicas de los países en los que opera.

Sobre el negocio de exploración y producción de gas y petróleo, IbisWorld incide en las exitosas operaciones de búsqueda de nuevas balsas de crudo y gas en los últimos años, que han elevado los ingresos de las compañías del sector y han amortiguado la alta volatilidad en este mercado en el último lustro. Con incrementos de precios desde 2012, que marcó el bache de su valor del pasado ciclo económico. Los periodos de bajos precios redujeron los márgenes de beneficios de las multinacionales.

La industria inmobiliaria, en su versión comercial, consiguió dotarse de una velocidad creciente tras la fase de dudas y contracciones que registró durante los primeros ejercicios que siguieron al credit-crunch de 2008. La confianza inversora se constató en 2015, y continuó al alza en los años posteriores. Las inversiones globales en el terreno inmobiliario rebotaron con fuerza en los instantes álgidos del ciclo de negocios recién culminado, dando al sector una bonanza renovada que se ha quebrado con la Covid-19.

El segmento de fabricación de automóviles recobrará su vitalidad una vez mejore la coyuntura económica. IbisWorld anfatiza que presenta tendencias positivas de demanda, en las que podrá poner en liza sus avances tecnológicos, particularmente en el ámbito de la eficiencia energética, pero también en conducción autónoma y facilidades de conducción. Las grandes marcas se han afanado en adaptarse a las novedades regulatorias hacia la transición energética y a las nuevas demandas de los usuarios. Incluso ampliando sus ofertas en conectividad on line, seguridad en carretera y programas de navegación y revisando sus políticas de precios para hacer competitivo el coche eléctrico y otras variantes de baja contaminación.

El negocio asegurador ajeno al área de Sanidad se ha visto afectado por la ralentización de los mercados, los bajos tipos de interés y el aumento de desastres climatológicos y otras catástrofes relacionadas con la siniestralidad. Todo ello ha propiciado que, en los últimos cinco ejercicios, el aumento de ingresos en el sector haya sido modesto. Al que ha contribuido el alza de la clase media y sus incrementos de disponibilidad monetaria en países como China y un cierto vigor de las decisiones de consumidores por adquirir pólizas de seguros.

La industria auxiliar del automóvil es una de las que está a la expectativa de comprobar cómo se desarrolla el próximo ciclo de negocios. Su esperanza también reside en que no se deterioren en demasía ni los niveles de renta globales ni la reanimación de la clase media en los mercados emergentes. Dos parámetros esenciales para que crezca su demanda y se revitalicen las ventas de vehículos de segunda mano, otro factor esencial para asentar su recuperación.

La banca comercial también espera continuar certificando su fase alcista emprendida a partir de la crisis financiera de 2008. La pérdida de peticiones de préstamos está fuertemente influida por el dinamismo o el empeoramiento de la confianza de los consumidores y de los empresarios en el futuro inmediato de la actividad. El fuerte vigor de las economías en EEUU, China y del Sudeste Asiático les ha conferido unas ratios de solvencia y de liquidez acordes para sortear esta vez las inclemencias derivadas de la Covid-19.

El turismo, el décimo de los sectores más boyantes, maneja previsiones de crecimiento modestas para el escenario que surgirá de la pandemia. Con tasas al alza del 0,2% de promedio para los próximos cinco años. Es uno de los sectores más dañados por el coronavirus. Un parón total de sus negocios. Su reanimación se ampara en el robusto crecimiento de ingresos personales en las latitudes emergentes y en el restablecimiento de los permisos para volver a viajar.

Fuente original: www.asesoresdepymes.com