Es momento para buscar socios inversores
Todo el tejido empresarial está sufriendo el impacto de las medidas tomadas para evitar la expansión del coronavirus. Así lo demuestran las caídas en el PBI y en el empleo, y la incertidumbre que rodea el futuro económico del planeta. Pero en este complicado escenario, las pequeñas empresas son los que más dificultades atraviesan. Entre otras cosas, porque les cuesta más acceder a financiación.
Además de la baja demanda y la necesidad de financiación, el virus también ha acelerado el ya imparable ascenso del comercio electrónico. Sin duda, el cierre de las tiendas y la obligación de permanecer en los hogares ha convertido hasta al adulto mayor en nativos digitales. Esta tendencia abre un mar de oportunidades para cualquier negocio. Pero también es cierto que exige un impulso decidido en el proceso de digitalización de las empresas, lo que conlleva una inversión que muchas pymes no pueden permitirse en la actualidad.
Todo ello nos conduce a una triste realidad, la de muchos negocios con modelos atractivos y con potencial que se están viendo obligados a cerrar o, en el mejor de los casos, a ser vendidos a precios muy bajos comparados con los de hace tan sólo unos meses.
Por fortuna aún existen soluciones para evitar que el coronavirus tire por la borda los esfuerzos de muchos emprendedores. Una de las más indicadas en encontrar un socio cuyo capital permita superar la crisis actual y, también, posibilite afrontar la necesaria transformación digital del negocio. Ahora es un buen momento para ello ante el elevado número de inversores que busca empresas en las que invertir.
Resulta evidente que este paso no es fácil. Exige que el dueño esté dispuesto a ceder parte del control de su aventura empresarial. Pero, a cambio, podrá evitar el cierre y el despido de trabajadores, siempre que los tenga.
No obstante, la gran dificultad estriba en encontrar el que podríamos llamar el socio ideal que toda pyme necesita. Equivocarse en este aspecto puede ser una pesadilla. De ahí que sea necesario extremar la cautela y solo afrontar la venta parcial o total del negocio cuando se esté cien por cien convencido de la idoneidad del socio. Para evitar que el remedio sea casi peor que la enfermedad, desde este blog proponemos una serie de directrices básicas que siempre han de tenerse en cuenta para no meter en el negocio a la persona equivocada.
Lo primero que hay que hacer es dar con alguien que comparta la visión y la cultura empresarial del negocio. Para ello conviene huir de inversores oportunistas que solo tienen en mente el corto plazo (por desgracia hay muchos), ya que lo normal es que una pyme tenga el foco en el largo plazo, salvo en el caso de una startup que puede que no se rija por este tipo de estándar de gestión empresarial.
También hay que buscar a aquel que sea capaz de soportar y revertir la situación de la compañía. Es decir, que tenga el capital y los conocimientos necesarios para ayudar a la empresa a retomar la senda del crecimiento, porque solo así podrá salvarse. Sin duda, esta mejora exigirá profundos cambios en el negocio. De ahí la importancia de contar con especialistas con demostrado solvencia durante todo el proceso.
Un nuevo compañero de viaje empresarial también debe ser discreto para evitar que se filtren las negociaciones a los trabajadores con el fin de limitar cualquier impacto negativo que este tipo de situaciones suelen tener en la plantilla.
Mirar por uno mismo también suele ser aconsejable en cualquier proceso de venta parcial o total de un negocio. Por tanto, buscar que se mantengan los puestos de los principales directivos, incluido el del fundador o accionista mayoritario, no tiene porqué ser negativo para la misión de salvar la compañía y resituarla de nuevo en la senda del crecimiento.
Fuente original: www.asesoresdepymes.com