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Estrategias que los empresarios deben usar como arma de motivación

Una de las obligaciones fundamentales que todo emprendedor debe asumir es la de contar con un equipo de colaboradores lo suficientemente motivados. Solo disponiendo de una plantilla que colabore con ahínco la empresa podrá alcanzar sus objetivos. No descubrimos nada si decimos que un trabajador feliz en su puesto de trabajo es mucho más productivo y eficiente que uno que no está satisfecho con su labor diaria. Y los empresarios son perfectamente conscientes de esta realidad. Pero eso no quiere decir que hagan todo lo necesario para alcanzar un buen clima laboral.

De hecho uno de los errores más habituales en estos casos pasa por centrar toda medida en pro de la motivación laboral en el ámbito económico, con mejoras del salario y otros incentivos económicos (pagas extra). No obstante, las empresas deben considerar que en muchos casos los trabajadores quieren otro tipo de muestras de aprecio por parte de la empresa. Con esta idea, desde este blog sugerimos unas prácticas motivacionales sencillas que no tienen que ver con el salario. Pero que son perfectas para mejorar la eficiencia de la plantilla y para obtener un clima laboral satisfactorio.

El trabajo debe adaptarse a los conocimientos

Uno de los fallos más habituales dentro de los nuevos negocios es que la acumulación de tareas, lógica en toda empresa que recién comienza su actividad, lleva a que los trastejadores ejerzan labores para las que no están cualificados. Esto genera una inmediata caída de la motivación, ya que dicho empleado se sentirá frustrado porque su esfuerzo no servirá para sacar adelante la misión que se le ha encomendado. Pero esta circunstancia no solo pasa en casos en los que el trabajo supera los conocimientos del encargado de llevarlo a buen término. También ocurre en caso contrario, cuando una persona tiene una cualificación superior a la del trabajo que tiene asignado. El empresario debe vigilar siempre este problema y tratar de dar a cada uno lo que mejor se adapte a sus conocimientos. Con ello obtendrá un equipo de colaboradores motivados.

Integre a la plantilla en la compañía

En las grandes multinacionales se suele cometer el error de no contar con todo el mundo a la hora de elaborar la estrategia de la empresa. Este fallo, que es lógico en plantillas de decenas de miles de personas, no tiene sentido que ocurra en las pymes. Para ello se debe organizar una reunión con todo el personal de manera periódica con el objetivo de elaborar de manera conjunta los objetivos futuros de la empresa. Con ello, la plantilla sabrá que se les tiene en cuenta y tendrán un compromiso mayor con las metas que la empresa quiere obtener.

Al mismo tiempo, la sociedad también debe saber cuáles son los objetivos personales de cada colaborador, y tratar de poner en conveniencia con los de la empresa. De esa forma, el esfuerzo de cada trabajador será positivo para todo el conjunto.

Reconocer el esfuerzo

Es cierto que un alza salarial es, sin duda, la mejor manera de reconocer un buen trabajo diario. Pero existen otras acciones que un empresario puede realizar para premiar a un buen trabajador que ha sido capaz de alcanzar los objetivos. Para ello, basta un reconocimiento en público o cualquier otro tipo de compensación (hacerle jefe, por ejemplo). Lo que sea necesario con tal de que ese colaborador se sienta recompensado. Además, hay que tener en cuenta que este tipo de actos no cuestan ‘nada’ pero significan mucho, ya que la plantilla entera verá que el esfuerzo tiene recompensa. Los negocios que alcanzan el éxito, sin duda, no se muestran timoratos a la hora de valorar el trabajo en sus equipos.

Objetivos claros

Para cualquier empleado es muy importante saber qué es lo que la empresa espera de él. En otras palabras, todos deben estar perfectamente informados de los objetivos y estrategia de la empresa y también de cómo puede colaborar cada componente del equipo para alcanzar dichas metas. La información es un arma motivacional imprescindible, ya que evita que un trabajador dé palos de ciego hasta que acierta con lo que la compañía requiere.

Además, poner objetivos a largo plazo a cualquier trabajador es más importante aún en épocas de recesión, ya que se eleva la sensación de seguridad y estabilidad de cada uno de ellos.

Huya de la rigidez

La flexibilidad laboral impulsa la productividad y reduce lastres que toda empresa arrastra como el absentismo laboral. Por otro lado, adaptar horarios a las necesidades de un empleado en concreto permite conocer su situación personal, lo que es positivo para ambas partes.

Un entorno de trabajo agradable

El aspecto, cuidado y limpieza de la oficina también es muy importante de cara a mejorar el aspecto motivacional de la plantilla. Además, dotar a cada empleado de las herramientas que necesita para ejercer su labor también es una práctica que solo puede ir en pro de obtener un equipo satisfecho y afín con la compañía.

Fuente original: www.asesoresdepymes.com