Estrategias para crear nuevos negocios disruptivos
En ocasiones es interesante despejar la vista de lo cercano y elevar la mirada hacia lo que ocurre en el mundo. Si lo hace comprobará que vivimos en una sociedad hiperconectada en la que la tecnología es la piedra filosofal capaz de separar los negocios que terminan en fracaso de los negocios más rentables. Aquí es cuando vienen los negocios disruptivos.
Los empresarios deben ser capaces de desarrollar negocios innovadores y disruptivos que aprovechen las oportunidades que la economía digital presenta. Para ello no se debe perder el ritmo de los continuos cambios a los que la tecnología aboca a todos los negocios.
Con estos sencillos pasos preparará su negocio para triunfar en la era digital.
Aprovechar la diversidad y crear negocios disruptivos
Un grupo homogéneo de personas será capaz de desarrollar un número limitado de ideas. ¿Motivo? Todos ellos conviven en un mismo entorno, provienen de lugares similares y comparten una cultura y una religión determinada. Muchas startups actuales se dotan de equipos formados por personas que provienen de diversos países, etnias, géneros, edades y áreas industriales diferentes. Este sistema abre más el abanico de las nuevas ideas, ya que cada una de estas personas piensa de forma diferente y pondrá sus intereses encima de la mesa de trabajo.
Una empresa debe aprovecharse de esta situación para generar productos o servicios rompedores que sean capaces de abrirse camino en mercados, por lo general, bastante saturados.
No tener miedo a lo desconocido
Resulta obvio que si el fundador de Tesla, Elon Musk, o el de Virgin, Richard Branson, hubieran tenido miedo a navegar en aguas desconocidas, hoy en día no existirían sus dos imperios empresariales. Un empresario debe dejar de lado sus temores y tomar los riesgos que muy pocos se atreven a tomar. Los pioneros desconocen los problemas que su idea puede plantear, porque sencillamente no existen casos precedentes. Pero es la única forma de crear algo disruptivo.
En definitiva, no se debe tener miedo al riesgo. Pero eso no es impedimento para que se descuiden las más elementales normas de una empresa. Se debe arriesgar pero siempre con criterio y sin que una idea revolucionaria comprometa la situación financiera de un negocio, hasta hacerla insostenible. Capacitar a su gente para que sea capaz de vencer sus miedos también favorece la aparición de nuevos y revolucionarios conceptos. Por tanto, se debe asumir una cultura empresarial en la que se premie a los valientes y en la no se castigue el fracaso, sino que de él se obtengan lecciones. Además de, por supuesto, cubrir todos aquellos riesgos que sí se pueden cubrir con un seguro.
Vigilar la utilización de los recursos
Muchas veces se piensa que dedicando ingentes cantidades de dinero es más fácil innovar. Eso quizá puede servir para una gran empresa. Pero en el caso de los negocios más rentables de reciente creación es más importante el uso que se hace de esos recursos que la empresa pone a disposición. Con esta idea, el emprendedor debe vigilar por la buena utilización de los recursos. También debe considerar que una escasez de los mismos incentiva el ingenio, lo que al final puede acudir en beneficio del surgimiento de nuevas y disruptivas ideas.
Adelantarse a la regulación
Resulta obvio que en la mayoría de los casos, la regulación va por detrás de los nuevos negocios. Un nuevo negocio que se precie de ser innovador debe considerar que sus soluciones y servicios pueden generar conflictos legales. Para evitar los problemas, debe estar preparado. Será la mejor manera de evitar los inconvenientes que la burocracia legal y administrativa generan en las empresas.
Siempre mirar hacia el futuro
Bots, internet de las cosas, mundos virtuales… Las oportunidades para la innovación tecnológica son realmente infinitas y las nuevas empresas deben siempre mirar hacia un futuro a medio plazo. Será la única manera de generar ideas y soluciones audaces, capaces de adelantarse en el tiempo y convertir el negocio en uno de los más disruptivos y rentables del sector.
Fuente original: www.asesoresdepymes.com