Cómo tener éxito en el comercio internacional
Un paso fundamental de todo empresario es el de expandir su negocio a los mercados internacionales. Pero no se trata de un paso sencillo. Para tener mayores posibilidades de éxito en otros países es importante saber cómo exportar. Existen varios puntos fundamentales para lograr el éxito en el comercio internacional. Como el de poseer una plataforma de lanzamiento robusta con una buena gestión interna capaz de asumir la mayor carga de responsabilidades. También es imprescindible conocer la cultura del país de destino. Ya que sin un estudio de la misma, ni de la competencia con la que nos vamos a encontrar, es muy complicado tener éxito en la misión. Ni qué decir de un buen seguro de crédito, si ya es frecuente sufrir impagos en el mercado nacional que de sobra conocemos, imagine en el extranjero. Obviamente, todo ello requiere de nuevas incorporaciones a la empresa. El talento es clave para moverse en entornos de los que no conocemos todas sus singularidades.
Pero además de todos estos puntos, el comercio internacional requiere que nuestra firma parta con una serie de pautas a seguir. Que serán imprescindibles para cualquier empresario que inicie la aventura de dar el salto al exterior.
Define una estrategia clara para alcanzar el éxito en el comercio internacional
Como en todo movimiento de la empresa, importar y exportar también exige que se tenga definida de antemano una estrategia en la que se definan los objetivos de crecimiento a corto y a largo plazo en el exterior. A la hora de elaborar este plan, es imprescindible tener un conocimiento exhaustivo del destino. Solo así la empresa podrá aprovechar una estrategia ofensiva en el caso que exista escasa competencia en el negocio. Por el contrario, un elevado número de rivales, obligará a llevar a cabo una entrada más conservadora en busca de dar con un nicho de mercado. Para no equivocarse, también es importante conocer los puntos fuertes y débiles de nuestro negocio. Así como las virtudes y carencias de las empresas rivales.
La estrategia resultante ayudará a conseguir el éxito en el comercio internacional. Pero no conviene olvidar que este plan es dinámico. En los negocios, lo que puede funcionar un día deja de ser útil al siguiente. Por lo que todo debe ser objeto de un continuo análisis de cara a adaptar los pasos de la empresa al cambiante entorno reinante.
Prepare e involucre a la todo el equipo
Como ya se ha comentado, sin un equipo acorde las posibilidades de éxito en el comercio internacional se reducen de forma exponencial. De ahí que todos los trabajadores tengan que remar en la misma dirección y trabajar de la mano para superar este apasionante reto empresarial. La mejor, y quizá única manera de lograrlo, es involucrarse más con los objetivos de cada uno de los componentes de su empresa. De esa forma se elevará la motivación de la misma. Con ello, el empresario logrará un grupo comprometido dispuesto a ofrecer ideas de las que se podrán obtener buenas estrategias a seguir por parte de la firma.
Obviamente, lograr que todos compartan las mismas ambiciones exige que la comunicación en la empresa sea bidireccional y que se premie el trabajo bien hecho.
Sea conocedor de los desafíos a encontrar
Los problemas que tiene una empresa de ámbito local para lograr éxito en el comercio internacional, distan mucho de los que debe superar una multinacional. La globalización entra en juego en cuanto se atraviesan las fronteras. Cualquier circunstancia macroeconómica o política que ocurra a miles de kilómetros de distancia de la sede social puede ser crucial para el devenir de la compañía. Su plantilla debe ser consciente de este punto. Para que los responsables en las diversas áreas geográficas sepan coordinarse de cara a introducir las medidas más efectivas con las que superar los nuevos retos. Que estén bien de los riesgos de cada país será vital en este punto.
Ser constante
La constancia aquí tratada no es la referida a la de no desfallecer en el intento. Ya que el comercio exterior es una carrera constante. Eso, desde luego, se da por descontado en cualquier empresario que se precie de serlo. Aquí nos referimos a la constancia con los valores de la marcas a pesar de los necesarios cambios que habrá que hacer en cada destino. Para entenderlo nada mejor que utilizar el ejemplo de una marca textil presente en todo el mundo, como Zara. Es obvio que las prendas que la firma española vende en su país tienen poco o nada que ver con las que se pueden encontrar en países como Emiratos Árabes. Por temas culturales y religiosos, o cualquiera de esta parte de América del Sur. Porque, sencillamente, cuando aquí es verano allá es invierno. Pero eso no quiere decir que alguien que entre en una tienda de Zara situada en cualquier parte del mundo sepa precisamente eso: que está en un Zara.
Un empresario debe seguir ese mismo ejemplo de constancia con la marca. Es importante y necesario adaptarse al entorno que nos rodea en cada momento pero sin olvidar unos valores fundamentales. Que son los que hacen que los clientes compren nuestros productos o servicios y no los de otros. En otras palabras, jamás se debe olvidar la marca.
La dirección debe ser flexible
La empresa siempre debe adaptarse al comercio internacional y no al contrario. Si quiere lograr un auténtico éxito en el comercio internacional. Para ello es necesario que la dirección sea capaz de variar los métodos de trabajo. La globalización impone otro tipo de liderazgo y éste no puede ser idéntico al que existía cuando la empresa era local y estaba formada por unos pocos trabajadores.
Fuente original: www.asesoresdepymes.com