6 claves para detectar que un negocio de exportación no funciona
Iniciar un negocio no es fácil. Conquistar un nuevo mercado tampoco. Durante estos procesos cualquier empresario ha sufrido altibajos en su actividad, muchas veces cuando todo va fatal algo cambia y el sol sale de nuevo. Pero en los momentos difíciles es complicado saber si se está en el camino adecuado o es el momento de tirar la toalla.
Expertos en importación o exportación como Laurel Delaney han identificado una serie de pautas que ayudan a saber cuándo las cosas están yendo realmente mal.
1 Desánimo. Si el cansancio se impone en el equipo que lidera el negocio de exportación es mala señal. No se trata tanto de un cansancio físico, sino más bien emocional. En el ambiente se palpa que el negocio no va bien y en lugar de activar los esfuerzos por cambiar el sentido de las ventas cunde la resignación. Si esto ocurre es conveniente hacer saltar las alarmas.
2 Las estrategias pasadas se imponen. Una reunión tras otra ocurre lo mismo, la frase que más se repite es “esto siempre lo hemos hecho así y ha funcionado”. Si esto ocurre cuando la empresa está en un mal momento estamos ante un síntoma de que algo no va bien. Un equipo motivado y un proyecto con futuro siempre buscan nuevas fórmulas para salvar los problemas. Enrocarse en el pasado indica, o bien que el equipo no es el adecuado o bien el proyecto está agotado.
3 Las protestas de los clientes se multiplican. Es un error muy común entre empresarios con problemas pensar que son los otros los que se equivocan, incluso, cuando los otros son los clientes. Si un cliente se queja es porque el producto o servicio que presta una compañía no cumple con las expectativas que él espera. No hay mejor alarma de que algo no funciona que las quejas de los clientes multiplicándose. No hacer caso a este indicador es un camino seguro al fracaso.
4 Incapacidad para responder a los problemas. El líder de una compañía o de un proyecto tiene que tener las suficientes habilidades para tomar decisiones de manera eficiente a veces inminentemente. Si el proceso de la toma de decisiones se demora en exceso y se multiplican las fuentes de consulta desde internet hasta la llamada a los colegas, está claro que el líder ha perdido la riendas del negocio.
5 Exceso de reconocimiento. Ganar un premio es algo que enorgullece a cualquier empresa. Pero a veces hay empresas que pecan de egocentrismo dando un exceso de relevancia a condecoraciones que son simples estrategias de marketing. Las que actúan así, según Laurel Delaney, van a generar más rechazo que simpatía entre los públicos objetivos de la empresa. “Ganar uno o dos premios puede disparar la imagen de un compañía, pero ganar muchos más puede hacer dudar a los clientes del destino real de los esfuerzos de esa compañía”, explica esta experta.
6 Acumulación de problemas. Cada uno de los anteriores problemas puede ser gestionado de manera independiente, pero si se acumulan será muy complicado que la compañía remonte sin ayuda de un profesional.
Fuente original: www.asesoresdepymes.com