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Claves para un escaparate sobresaliente

Mostrar de forma adecuada el producto que queremos vender es fundamental para atraer al cliente en el momento. La colocación de la mercancía y la creatividad son los dos pilares básicos sobre los que se deben asentar la realización de un buen escaparate. La forma de un lazo, la cabeza de un maniquí ladeada, o la textura de una flor pueden ser pequeños factores que determinen el resultado final.

 

A tener en cuenta

 

A menudo, el éxito de un negocio se debe a la presentación de la mercancía que se pone a la vista. Y el escaparate es el centro de atención en cualquier local de venta al público. Se trata de colocar una mercancía determinada de manera atractiva para que incite a comprar. Para elaborar un buen escaparate hay que tener en cuenta una serie de variables previas que van a condicionar el resultado final:

 

–Espacio disponible: no se puede conseguir el mismo efecto en un espacio de seis metros cuadrados que en uno de dos y, por supuesto, no se utilizan los mismos materiales ni elementos decorativos.

 

–Seleccionar la mercancía: se trata de no atiborrar el espacio de artículos. Con esto último lo único que se consigue es despistar la atención del espectador y, en el peor de los casos, convertir el escaparate en un caos que no dice nada.

 

–Hacer una buena composición con los elementos y materiales con que se cuenta.

 

–El detalle final: un mínimo toque convierte el escaparate en una exposición muy atractiva. No hace falta utilizar materiales demasiados caros. A veces, un panel forrado y flores de papel son suficientes. Más adelante se pueden introducir otros elementos más costosos, pero siempre buscando la eficacia.

 

Algunos trucos

 

Una televisión, colocada en el interior del escaparate, y un dispositivo situado en el exterior del establecimiento, que usen los posibles clientes para interactuar, puede ser un arma de gran calibre. Otra, situar algo de movimiento. La mayoría de los escaparates son estáticos. Un simple tren, en una tienda de juguetes, captaran la atención de los posibles compradores.

 

También, en un mundo donde el reciclaje está cada día más de moda, usar este tipo de materiales puede atrapar miles de miradas. A la par que se muestra un compromiso con el medio ambiente. Otro recurso es colocar el mismo objeto, por ejemplo, la televisión anteriormente citada, en un número amplio. Unas diez, todas del mismo color, y apagadas. Si colocamos una encendida, de otro color, en medio de todas ellas, ¿hacia dónde se dirigirán las miradas de los viandantes? Sin duda, hacia esta última.

 

Para centrar la atención, asimismo basta con simular la rotura del cristal del escaparate con un adhesivo. Dicho adhesivo también puede ser una mano gigante señalando un determinado artículo, o el puntero de un ratón haciendo lo propio. ¿Y a quién no le llaman la atención los objetos grandes? La introducción de elementos de gran tamaño puede ser un buen cebo. Por ejemplo, un zapato de tres metros, o muchos zapatos normales, colocados de tal manera, que su forma final simule la de un zapato gigantesco.

 

Por último, recordar que no siempre el escaparate más caro es el más rentable. El secreto está en realizar un conjunto lo más atractivo posible con poco dinero.

 

Fuente original: www.asesoresdepymes.com